Por Jorge Caro Valera
Empresa, educación y competitividad.
Jorge Yzusqui presidente del Instituto Peruano de Administración y Acción Empresarial (IPAE) al clausurar el encuentro en la ciudad de Arequipa manifestó que el empresariado peruano debe tener un mayor compromiso en la mejora de la educación, la consolidación de la institucionalidad y el impulso de la tecnología, fueron las principales conclusiones de la 47 Conferencia Anual de Ejecutivos – CADE 2009.
El rol de las compañías privadas frente a los retos del futuro del Perú.
Partiendo de esas conclusiones ¿qué podemos hacer con nuestros profesionales empresarios de cara al Perú del 2021?, ellos siempre estarán con la ansiedad permanente de crecer para desarrollar, o sea hacer lo correcto para reforzar su capacidad para exportar productos hacia mercados externos. Esto no viene solo, es parte de un sistema con tres elementos cooperantes: Estado nación pluricultural promotor, Empresa privada competitiva y Sociedad civil participativa.
¿Cómo mejorar el sistema peruano?
En dicho CADE se definieron cuatro retos: crecer económicamente, aumentar la competitividad, internacionalizar las actividades empresariales, e ir más allá de nuestros propios mercados”. Aquí también se delineo un Plan de Trabajo con metas de sentido común, demasiado claras y pertinentes, estas son:
• Los empresarios deben alcanzar altas tasas de crecimiento.
• Lograr altos estándares de competitividad para garantizar ese crecimiento.
• La importancia de impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico con educación de calidad.
• La imperiosa necesidad de sostener en el tiempo la reforma del Estado
El rol del Estado y la formación profesional.
Es demasiado evidente a través de nuestra historia que los tres elementos del sistema peruano siempre anduvieron desarticulados, aislados y sin rumbo, después de la reforma universitaria de década del 20 y de LAS-84 no hubo ningún otro intento de mejorar la competitividad en la formación profesional en nuestro país, en esta última reforma no se hizo un buen reglamento y lo peor, no se realizó un sistema de control ni público ni privado que exigiera calidad (competitividad), las mismas universidades afearon más este inestable panorama con la mal llamada autonomía universitaria, convirtieron sus claustros en el refugio de la mediocridad, construyeron un clan de amigos, partidarios y familiares que jugaron a la educación, rentabilidad, el exquisito postre de la estabilidad laboral y finalmente el “poder” de sentirse un pequeño gran burgués, muy parecido a la aristocracia del siglo XIX o characata de los años 50. El peor de los ejemplos…la Universidad Alas Peruanas.
La reforma del sistema educativo para incrementar los estándares profesionales requiere de poner en la agenda nacional la educación, que esta se convierta en el plato de conversación y debate nacional, los medios de comunicación deben ser aliados institucionales no rentados. Lo primero que debemos hacer es una perestroika y glasnost universitario, muy parecido a lo que se está haciendo con la EBR desde el 2002 hasta la actualidad, un largo proceso de reformas sostenible y sustentable.
El mismo CADE 2009 propone mejorar la educación a través del desarrollo de técnicas, la generación de programas de responsabilidad social, la inversión en programas de tecnología, ¿cómo hacerlo?, ¿ahí el problema?, esta verdad de perogrullo de que ninguna universidad peruana es seria porque no ha alcanzado los estándares internacionales, ni la ESAN, ni la UNMSM, ni la UPC, ni la UPCH, ni la PUCP, ni la UNI, ninguna figura en los rankings más serios; por tanto debemos reorganizar todo desde el imprescindible e impostergable consenso, nuestra existencia como nación y el desarrollo del Perú está en juego.
Institucionalidad, EBR y mejoramiento de la calidad educativa.
Debemos reconocer que el Perú de hoy está en un proceso irreversible de institucionalización democrática (adiós Velasco, Alan 85-89 y Fujimori 92-2000). Partiendo de esta premisa desde el 2002 hasta la actualidad nos están gobernando los técnicos y las Políticas de Estado del Acuerdo Nacional hechas leyes. De esto existe un ejemplo concreto en el campo educativo, la EBR se está consolidando como sistema luego de un largo proceso de mejoramiento de la calidad, en la medida que las acciones y programas responden a las necesidades de la coyuntura y prospectiva país; la EBR tiene un CNE que orienta su desarrollo porque logra que el Congreso promulgue la Ley General de Educación y Cultura 28044 y la Ley de la Carrera Pública Magisterial 29062 superiores y más competitivas que las leyes de ayer, produce el PEN, DCN y textos para alumn@s y docentes que el MED de los dos últimos gobiernos aprueban además, últimamente el Ceplán se compromete a impulsar, los maestros de hoy están mejor preparados que los del siglo pasado, el Sutep de hoy languidece en la disyuntiva “cambiar o morir”. Viendo este panorama, los rectores de nuestras universidades ¿se habrán dado cuenta que la EBR está más modernizada y por ende más competitiva que la educación superior? ¿Podríamos extrapolar este proceso en la educación superior?, la ANR debería alentar y liderar estas reformas impostergables.